jueves, 16 de marzo de 2017

En el Estados Unidos más conservador, pequeñas ciudades defienden los derechos LGBT

WHEELING, EEUU (Reuters) - Cuando Mike Lujano y George Lenz colgaron hace dos décadas una bandera arcoíris en la puerta de su negocio en Market Street, descubrieron que pocos de sus vecinos de la conservadora localidad de Wheeling, Virginia Occidental, sabían que se trataba de un símbolo del orgullo gay.

Los propietarios, hoy casados, del salón de belleza Edna, de esta apagada ciudad industrial de 28.000 habitantes a los pies de los montes Apalaches nunca imaginaron que un día estarían en una abarrotada reunión del concejo municipal celebrando la aprobación de una ordenanza que prohíbe la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género.

Desafiando los estereotipos en la guerra cultural que vive Estados Unidos sobre los derechos de los gays, lesbianas, bisexuales y trans (LGBT), Wheeling forma parte de una reciente oleada de pequeñas ciudades -muchas de ellas en zonas que votaron por el presidente republicano, Donald Trump- que han aprobado estas medidas de protección.

"Le dijimos a la gente que este no es un mal lugar", dijo Lujano, de 53 años, que estaba entre la audiencia cuando la ordenanza fue aprobada a finales de diciembre. "Finalmente, esto lo confirmó".

Alrededor de 50 municipios en 15 estados han aprobado medidas contra la discriminación del colectivo LGBT desde 2015, cuando el matrimonio entre personas del mismo sexo fue legalizado a nivel nacional. Más de la mitad de estas localidades están en condados que apoyaron a Trump en las elecciones de noviembre y todas están en estados en los que ganó, reveló un análisis de Reuters.

Los líderes locales dicen que aceptar la diversidad no solo es lo correcto, sino que además es necesario para atraer empleos e inversiones. Reconocen que por sí solas estas medidas no atraerán a ninguna compañía del ránking Fortune 500, pero argumentan que estas protecciones son necesarias para que los pequeños mercados sean atractivos para muchas empresas con políticas que protegen a las personas LGBT.

Si bien aún está por ver cómo afecta esta iniciativa a Wheeling y otros lugares, a Carolina del Norte le ha costado cientos de millones de dólares el oponerse a los avances LGBT. El año pasado, el estado perdió algunos grandes eventos del espectáculo, así como ampliaciones de contrataciones de PayPal y Deutsche Bank, en protesta una ley estatal que restringe el acceso a los baños a las personas transgénero.

En Indiana, el concejo municipal íntegramente republicano de Columbus -ciudad natal del vicepresidente, Mike Pence- aprobó de forma unánime medidas de protección del colectivo LGBT después de que este firmó en 2015 como gobernador una ley sobre religión ampliamente criticada por discriminatoria, lo cual incentivó que algunas convenciones se trasladasen a otros lugares.

"Los republicanos no tienen una única voz en este asunto", dijo el alcalde de Columbus, Jim Lienhoop. "En una ciudad pequeña, vives realmente con las leyes que creas. Lo hace todo un poco más real que veamos a gente, a la que conocemos, que podría verse afectada".

En todo Estados Unidos, 19 estados tienen medidas de protección contra la discriminación de las personas LGBT, que por lo general buscan evitar que sean despedidos de sus puestos de trabajo, expulsados de sus viviendas o que se les deniegue la prestación de servicios en lugares como restaurantes u hoteles. Reuters descubrió que aproximadamente cuatro de cada cinco ciudades con una población mayor de 250.000 personas tienen alguna cobertura de este tipo.

De las ciudades y pueblos que reconocieron derechos LGBT en los dos últimos años, poco más de la mitad tenían una población menor de 35.000 habitantes, mostró la revisión de datos.

El análisis utilizó datos del Movement Advancement Project, un grupo de análisis LGBT que supervisa estas medidas. Las organizaciones Equality Federation y Human Rights Campaign ayudaron a Reuters a desarrollar una lista de ciudades que han adoptado tales ordenanzas desde 2015, si bien ambos grupos reconocieron que algunas localidades más pequeñas podrían haber sido omitidas de forma involuntaria.

DESAFIANDO ESTEREOTIPOS

El alcalde de Wheeling, Glenn Elliott, vio que las medidas de protección de las personas LGBT eran tanto socialmente correctas como un atractivo para atraer puestos de trabajos, al tiempo que cumplía con su eslogan de "Ciudad Acogedora".

"Puede que algunos en nuestra comunidad no estén de acuerdo a nivel moral" dijo Elliott, un demócrata. "Lo que creo que no es discutible es que es bueno para los negocios".

Desde su oficina en un edificio de granito de seis plantas, Elliott señaló una grúa, la primera construcción iniciada por el sector privado en tres décadas en el centro de esta ciudad del cinturón industrial estadounidense ("Rust Belt").

El futuro de Wheeling depende de empresas como Orrick, Herrington y Sutcliffe, una firma legal que dispone de un centro de operaciones globales en el centro.

"Tener leyes que protegen a las personas LGBT es un indicador más de que el talento que necesitamos estará disponible", dijo en un comunicado Siobhan Handley, su directora de talento.

La cuestión generó un encendido debate el año pasado en Virginia Occidental, donde Trump obtuvo el 68,8 por ciento del voto, pero que también fue un estado líder a nivel nacional en el número de ciudades que aprobó protecciones LGBT. Son ya 10 comunidades las que tienen medidas de esta índole, incluida su capital, Charleston, y la localidad más pequeña autodeclarada a favor de la diversidad: Thurmond, con solo cinco habitantes.

Andrew Schneider, director ejecutivo del grupo de derechos Fairness West Virginia, calificó a este estado de ejemplo para los escépticos del progreso en los derechos LGBT de las zonas rurales y republicanas de Estados Unidos.

"Estos estereotipos son desafortunados", dijo. "Es posible en más lugares de lo que la gente cree".

Los sondeos mostraron apoyo de votantes de ambos partidos a las medidas contra la discriminación de los LGBT. El rango del respaldo va desde el 84 por ciento en Rhode Island hasta el 54 por ciento en Mississippi, reveló el centro de investigación independiente Public Religion Research Institute (PRRI). En Virginia Occidental, el apoyo está cifrado en el 60 por ciento.

Los opositores a estas protecciones dicen que los avances serán efímeros y han prometido combatirlos.

"Son victorias temporales y huecas", dijo Allen Whitt, presidente del Consejo de Política Familiar de Virginia Occidental, que promueve la fe, la familia y la libertad.

Don Marsh, entonces un pastor del Centro Cristiano Ohio Valley, participó en la comisión de derechos humanos de Wheeling y votó contra una recomendación el año pasado a favor de las medidas antidiscriminación de personas LGBT.

"Ahora que aprobamos la ordenanza, ¿dónde está ese gran negocio?", preguntó.

Otros conservadores mostraron su apoyo a estas medidas en la siguiente audiencia pública.

"Lo último que querría es abrir un nuevo capítulo en la historia de Wheeling sin este tipo de reglas", dijo el abogado David Croft, de 50 años.

"Espero que sea una puerta abierta para alguien que pudiera decir 'nunca me mudaría a Virginia Occidental porque me cubrirían de alquitrán y plumas y me dejarían en la carretera'", añadió Croft. "No, te daremos la bienvenida".